Dioxinas, furanos y hexaclorobenceno son sustancias químicas tóxicas persistentes y bioacumulables que se encuentran en el aire, el agua y el suelo, en cantidades suficientes para producir efectos perniciosos en la salud y el medio ambiente.
Todas las dioxinas tienen la misma estructura química básica y todas contienen átomos de cloro. Los furanos se parecen a las dioxinas, pero con algunas diferencias en su estructura química básica. Las dioxinas y los furanos se forman en diversos procesos de combustión. En algunos casos esto ocurre durante eventos naturales, como incendios forestales o erupciones volcánicas; sin embargo, la mayoría de las dioxinas y los furanos se forman de manera no intencional en actividades humanas como los procesos de combustión industriales, la incineración mal controlada de residuos peligrosos y desechos médicos y la producción de papel con blanqueo a base de cloro, al igual que durante otras actividades comunes como la quema de basura.
Incluso en pequeñas cantidades, se considera que las dioxinas, los furanos y el hexaclorobenceno constituyen un problema para la salud y el medio ambiente porque:
- son persistentes, lo que quiere decir que permanecen mucho tiempo en el medio ambiente;
- son acumulables y se almacenan en el tejido adiposo de animales y humanos;
- pueden viajar grandes distancias en la atmósfera, de modo que en algunos casos las dioxinas y los furanos generados en una zona terminan en una región diferente y muy distante.
Para la mayoría de las personas, la mayor fuente de exposición a estas sustancias químicas ocurre a través de la alimentación, sobre todo por consumo de alimentos de origen animal y grasas animales. La exposición también puede darse a través de aire, agua o suelo contaminados o porque se trabaja o vive cerca de industrias que liberan estas sustancias al medio ambiente. La inhalación del humo de tabaco es otra fuente de exposición a dioxinas y furanos.
DAÑOS PARA LA SALUD
Numerosos estudios vinculan la exposición a dioxinas y furanos con varios tipos de cáncer en humanos. También se ha demostrado que la exposición a estos compuestos puede causar una gran variedad de efectos nocivos adicionales en la salud, entre otros:
- una menor concentración espermática en hombres que fueron expuestos cuando eran lactantes y niños;
- cambios en los niveles de hormonas tiroideas;
- efectos neurológicos por exposición durante el embarazo;
- niveles más bajos de testosterona;
- problemas reproductivos en mujeres, como menstruaciones más prolongadas y menopausia más temprana;
- diabetes y daños al sistema inmunitario;
- cuando la exposición ha sido alta, padecimientos dermatológicos como cloracné, incluso en grados severos.
El riesgo de sufrir efectos dañinos para la salud a causa de la exposición a sustancias tóxicas —dioxinas, furanos y hexaclorobenceno incluidos— depende de muchos factores, como:
- la cantidad que entra al cuerpo;
- cuán prolongada ha sido la exposición y cómo ocurrió (por ejemplo, si fue una gran cantidad toda a la vez, como ocurriría en un accidente industrial, o si se trató de una exposición diaria a pequeñas cantidades);
- la edad y el estado general de salud de la persona;
- la exposición simultánea a otras sustancias que también puedan afectar la salud.
GRUPOS DE RIESGO
Algunas personas pueden correr más peligro de sufrir los efectos dañinos relacionados con la salud por exposición a dioxinas, furanos y hexaclorobenceno; por ejemplo:
- las personas que habitualmente queman basura en sus patios;
- las personas que viven en hogares donde se utilizan dispositivos inadecuados de quema de leña en interiores para calefacción y para cocinar;
- las personas que trabajan o viven cerca de fuentes que pueden liberar dioxinas y furanos (por ejemplo, la fundición secundaria, la industria química y la incineración de residuos peligrosos y desechos médicos).
Asimismo, los nonatos, los lactantes y los niños corren más peligro de sufrir efectos en su salud a causa de sustancias químicas —incluidas dioxinas, furanos y hexaclorobenceno— porque sus cuerpos y cerebros todavía se están desarrollando.
MEDIDAS PARA REDUCIR EL RIESGO DE EXPOSICIÓN
Es deseable mantener la exposición a dioxinas, furanos y hexaclorobenceno lo más reducida posible. A continuación presentamos algunas medidas que pueden seguirse para limitar tal exposición:
Para disminuir la exposición a través de los alimentos:
- Comer frutas, vegetales y granos, ya que estos alimentos contienen menos dioxinas y furanos que la carne, los productos lácteos, el pescado y los huevos.
- Reducir la grasa animal de nuestra dieta en la mayor medida posible.
Para disminuir la exposición debido a la quema de basura:
- No quemar basura, sobre todo cerca de zonas donde hay ganado, gallinas o puercos criados en libertad que luego se utilizarán como fuente de alimento.
- Comunicarse con el gobierno local para obtener respuestas e información sobre la recolección y eliminación adecuadas de desechos urbanos.
- No quemar cables para recuperar metales como el cobre, ni tampoco quemar basura que contenga artículos o envases de PVC o policloruro de vinilo.
Para aminorar la exposición por quema de leña o por humo de tabaco:
- Disminuir el uso de hogueras interiores para calefacción y cocina. Siempre que sea posible, utilizar para cocinar una estufa mejorada con chimenea para sacar el humo del hogar. Esto es de especial importancia para los niños y las mujeres embarazadas o en edad reproductiva. Nunca quemar leña que haya sido pintada o tratada con sustancias químicas (por ejemplo, madera que se utilizó para puertas o pisos).
- No fumar en interiores y mantener a los niños y a las mujeres embarazadas alejados del humo de tabaco.
Para disminuir la exposición debido a agroquímicos:
- Nunca utilizar plaguicidas ni fertilizantes sin el equipo correcto y siempre en entornos adecuados. Los agroquímicos pueden contener dioxinas, furanos y hexaclorobenceno como subproductos de su síntesis química.
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